martes, 30 de junio de 2009

SURREALISTA VISION



Por J.Jonathan Cusi Pantigoso


Aparecí por el mercado, iba a ver un partido DE CIENCIANO CON WANDERERS de Chile, luego presentí algo malo, hubo balacera (aparentemente simple), luego aparecí con mi mama y la tía Rosa en San Cristóbal, barrio de mi niñez; habían carpas con plásticos sobre unos fuertes de piedra, estaba atemorizado, nos ocultamos, jadeaba, respiraba muy fuerte sobre el plástico por lo que mi madre me recriminaba; luego, pasado un poco el bullicio aturdidor y aterrorizante para mí, fuimos por “Arco Iris” donde veía que un tumulto de gente peleaba por ingresar al colegio; muchedumbre enloquecida por los griteríos, lamentos de gente allá arriba… pasando por ellos llegamos a calle “Ese” donde 3 vagos nos pidieron cobijo; yo temía demasiado por mi vida y por la de mi madre así que no accedí, hasta que a tanta insistencia y un sentimiento conjunto de humanidad en mi madre acepté; al llegar a la a puerta repentinamente desaparecieron, adentrándome vacilaba por un momento la idea de no estar enjaulándonos; fácilmente podríamos ser descubiertos, por lo que me provocaba huir; luego, llegando decidimos estar con mi tío Pancho entrando por el lúgubre pasadizo de la añeja casa vimos a Beto haciendo algo parecido a un refugio, una casita para perros, se podría decir, sobre el suelo y hecho puramente a base de cartones; - ¿donde esta tu papá?- Adentro debe estar no se, creo que esta alquilando a gentes de no se donde el cuarto;- Por un lado note lo desinteresado de él y por el otro un sarcástico sentido del humor me invadió por un segundo al ver que hasta en los sueños lo único que quería mi tío era lucrar.

Llegando a su fortín mi madre se decidió por adentrarse en una cama muy al fondo y descansar, al mismo instante que me encomendaba a Dios y al Patrón San Cristóbal, muy cucufata ella; - hijito lindo yo me muero si te pasa algo- , yo creo que estaba atípicamente, como en un cuento valiente, mas asustado por mi vida que ella... y por su vida, de hecho también a lo que mentirosamente obligado me venia a decir -no te preocupes mamá no pasa nada, estaré bien- mientras al oír otra explosión y balaceras se me venia a la mente donde podría estar mi tía Rosa y mi papa.

Pasado el acto me encontré con Gian un ex-compañero del cole y dada las circunstancias estaba de mas darle el clásico: “oe cholo de tiempo…”. Cada vez se escuchaban más fuertes los estruendos. Beto sin querer había hecho caer un grupo de piedras que tapaban un gran hueco en el muro ya caído y con varios cactus, mientras me preguntaba que había pasado con las barracas y la casa vecina y la mía también que estaban en ruinas y en otro lugar respectivamente. Se escucho el coscorrón de mi tío; -baboso - y enseguida paso al otro lado de la casa donde se apuro en refaccionarlo al instante que se escucho un tiro; - Dios tu papá -exclamé pero no lo había impactado y regreso sano a lo que replicó; - seguro un francotirador, chilenos de mierda - me volvió el alma al cuerpo, me asustó demasiado la idea, al instante que se oyó una explosión en la casa contigua, la choza reventó y vino lo inevitable y mas temido para mí, un batallón de soldados chilenos bien armados allanó la casa; - salgan carajo! - por lo que indefensos tuvimos que salir, al instante uno de los nuestros se puso altanero y ellos respondían atravesándolo con bayonetas y con un simple tiro en la cabeza; nos juntaron en una cabaña muy cerca de allí; momento después recibí un golpe en la nuca y termine dormido.

Aparecí en una trastienda de un portón supongo que ya era el mediodía del día siguiente, estaba con algunos sobrevivientes y al lado tenia a un capitán con rostro algo conocido que nos arengaba a sublevarnos y tácitamente pedía apoyo de alguien pero yo veía que todos eran viejos y heridos, yo, el único sano y joven me achicaba ante la idea, me parecía tonto infructuoso (sin pecar de vanidoso o soberbio) de sacrificar la vida de tan inocuo, brillante e iconoclasta escritor a esta clase de lides, que vayan allá los que tiene vocación, aunque no puedo negar también que era algo de cobardía. Súbitamente apareció el teniente de la boca del lobo; - Haber, caramba que ustedes son uhmmm… ya veo - y señalaba al capitán; - esos de allá son alférez de segunda, comando guerrilla anfibio, especialistas con cuchillo arma y combate cuerpo a cuerpo, comen hasta lo que aun animal le daría asco, a esos debemos eliminar primero ,los de allá son francotiradores muy peligrosos - y así los iba nombrando hasta que al salir me di cuenta que la ciudad estaba en ruinas y al mando de un gobierno local satélite o títere.

Aparecí nuevamente, esta vez en un edificio muy bien conservado con respecto a los demás, con unos civiles muy patriotas pero algo asustados también como yo, apareció otro batallón chileno con amedrentaciones a las que respondimos con estallidos de bombas molotov de donde sabe Dios las habían sacado, y ellos contragolpearon con disparos; se oían los gritos y lamentos, después, ya no se oyó nada.

Paso ese instante, Alan García en la TV convocando Estado de Emergencia total en el país, según él, negociando la paz en el extranjero, en esos momentos lamentaba mi ya pasado aprista, donde difundía ideología o simplemente desmeritaba a los demás candidatos.

Salimos muy tranquilos, después de tanto tiroteo a la calle; yo me había acostumbrado creo, en lo mínimo me afectaba ver cadáveres en el piso. Llegué a un edificio bien custodiado donde ingeniosamente me las arregle para entrar donde vi firmar el Tratado de Paz a la presidente Bachelet, exponiendo sus razones; - el odio, los traumas que tienen las personas contra los chilenos… -, en parte le di la razón, desde la primera guerra con Chile en la que tambien perdimos es que nosotros nos hundimos mas de lo que estamos moralmente y les fuimos echando la culpa a ellos, pero esa vez que perdimos realmente fue por nuestras propias falencias. Me alegré sobremanera al ver y escuchar eso porque al fin se había acabado, poco a poco los comandos militares chilenos iniciaban retirada y desocupaban el pueblo o la ciudad que ya mas parecía villa. Pasé junto a una iglesia, entré y vi al profesor Paul desalojando niños ; - ya salgan de allí y derechito a sus casas -, esa imagen me impactó, lo cruenta que puede ser una guerra, niños saliendo de cámaras ocultas detrás de lienzos o cuadros, o en otros casos de hornacinas muy bien camufladas por imágenes de santos, beatos o vírgenes, me describió mucho que de alguna manera debe existir Dios y que este no permita tan vil y cruel masacre; yo algo desubicado al fin me pregunte: - ¿Donde esta mi mama, mi papa y la tía Rosa?

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